
Bush: "Lloro mucho en mi trabajo"
Un libro basado en entrevistas con el presidente revela que es un llorón, que no soporta las malas noticias y que "no gastó mucho tiempo" en decidir la invasión de Irak
El presidente se confiesa. En cinco entrevistas que en total sumaron cinco horas. No lo ha hecho con cualquiera. Ni por supuesto con un periodista de la "prensa liberal". La concesión ha recaído en uno de los reporteros del agrado del presidente (no se le conocen muchos). Robert Draper, escritor de la revista masculina GQ, quien un día ocupó un lugar en la redacción del Texas Monthly, usó de las Lone Star
Lo que más miedo le da es tener que avergonzarse de sus decisiones algún día
[nombre dado al Estado de Tejas] connections para ganarse la entrada en la Casa Blanca. George Bush no había permitido semejante acceso a su intimidad desde los días de su primera campaña allá por el año 2000. El resultado: un libro. Certeza absoluta: La presidencia de George W. Bush (en inglés, Dead Certain: The Presidency of George W. Bush).
Confiesa que llora. Y mucho. Pero asegura que no le gusta que se le noten los pesares que carga y que lo único que desea mostrar en público es "firmeza". Sobre todo en tiempos de guerra. El mundo le observa: "Los iraquíes me observan. Las tropas me observan. La gente me observa. Aun así, lloro. Tengo el hombro de Dios para llorar. Y lloro mucho. Lloro mucho en mi trabajo. Apuesto a que he derramado más lágrimas de las que usted puede contar. Derramaré unas cuantas mañana"
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